Por lo general se suele confundir esta terminología cuando hablamos de enfermedades crónicas y agudas, es importante diferenciarlas ya que no depende de su gravedad, sino del tiempo de duración.
Enfermedades agudas
Son aquellas que tienen un comienzo súbito y una evolución rápida, pueden diagnosticarse fácilmente, por lo general se limita a un órgano o área específica del cuerpo. Una enfermedad aguada en casos graves puede llevar al fallecimiento en pocos minutos; por ejemplo, un infarto agudo de miocardio. En otras ocasiones al instaurar el tratamiento, la enfermedad se logra manejar de forma efectiva.
Algunos ejemplos de enfermedades agudas:
- Bronquitis
- Conjuntivitis
- Fractura de hueso
- Apendicitis
- Gastroenteritis
- Urticaria aguda
- Crisis de Asma
- Quemaduras
- Leucemia linfoblástica aguda
Enfermedades crónicas: Se desarrollan durante muchos años y su comienzo suele ser insidioso, de manera que puede pasar desapercibida hasta que los síntomas son evidentes; por ejemplo, el Parkinson. Por lo general quienes tienen esta enfermedad padecen de depresión, estreñimiento y alteraciones del sueño muchos años antes de que los síntomas particulares se detecten.
Las enfermedades crónicas afectan comúnmente a varios sistemas del organismo y el tratamiento es sintomático, no curativo.
Algunas enfermedades crónicas con:
- Alzheimer
- Artritis
- Esclerosis lateral amiotrófica
- Diabetes
- Esquizofrenia
- Trastornos bipolares
- Enfermedad de Crohn
- Asma
Una enfermedad crónica puede que tenga periodos de agudización. Cuando una enfermedad aguda no es convenientemente tratada, lleve a una condición crónica.
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